domingo, 28 de agosto de 2005

La maldición más perversa

Uf! el aterrizaje en la realidad ha sido bien forzoso, los acontecimientos se han encargado de recordarme rápidamente cómo es el suelo que piso a cada momento. El viernes, intentando reinsertarme en la normalidad de una manera entretenida, salí a bailar con un grupo de amigos.
Primer tropiezo: me encuentro cara a cara con mi ex. No tengo drama con eso, pero como a él nuestro asunto todavía le pena, cada vez que nos vemos el aire se puede cortar con cuchillo. Me hace sentir observada, vigilada, poco libre. Sus ojos de cordero degollado lo dicen todo.
Sigo caminando por la disco, buscando mejores perspectivas, cuando de sopetón aparece el segundo tropiezo: un hombre con el cual estuve saliendo parte del verano y todo marzo. Las cosas marchaban demasiado bien para ser verdad. Había onda, y mucha, lo pasabamos bien, buenos augurios por todos lados. Hasta que un día y desde la nada, este hombre me dijo, con una sinceridad golpeadora, que mejor me alejara de él porque en realidad estaba muy enamorado de su ex polola, y cero por ciento listo para embarcarse en algo nuevo. Perdón... yo no recuerdo haber mencionado nada de compromisos, apuros o necesidades de enseriar lo bueno que teníamos. En fin... digna hasta no poder más, recogí mis cosas y me largué por donde había venido. De esto hacía seis meses. Y como no soy del tipo de mina que le gusta hacer de la vida una teleserie, al encontrármelo lo saludé con toda dignidad y hasta alegría. Noté la nota de sorpresa en sus ojos. (¿Qué esperaba? ¿¿Una escena de celos, de despecho, que me tirara a sus pies rogándole que volviera a pescarme??) Me empezó a conversar, me contó que estaba pololeando (no con su ex) y me sacó a bailar. Mientras danzábamos, comenzó a aproximarse, a decirme que estaba muy buenamoza, que me había hecho bien el tiempo que no nos habíamos visto, que cuándo iba a darme una vuelta por su casa, etc... Después de un rato le dije: "Voy al baño y vuelvo." Y seguí dando vueltas por la disco. Ni ahí con los malditos. No sé si recuerdan de uno de mis posts anteriores lo que pasó con Shy y su ex-polola. Estoy chata de los y las ex. Son una plaga, una maldición, aparecen por todas partes, echándolo todo a perder. Mejor me voy a buscar un ex-cura, o alguien que nunca haya pololeado. O que su polola se haya casado, muerto o ido a vivir al Congo. No comparto el interés de mis hombres con nadie. Quiero hacer borrón y cuenta nueva en la vida de alguien, que su tiempo se pueda medir en antes y después de mi. No de la otra. ¿Será mucho pedir? Total, yo ya lo hice con el mío, y eso que no tengo superpoderes...

Pd: Me siento maldita... en todo caso, paso el dato. si alguien quiere obtener la atención de su ex polola, que me llame; antes de la cuarta salida le garantizo que la muy bastarda aparece, aunque esté muerta y enterrada en el cementerio...

5 comentarios:

Lautaro dijo...

aghh, malditos ex. por suerte he terminado relativamente bien con ellos y no digo de esta agua no beberé pero no he reincidido.
haces bien en darles filo, mantente así, firme.
ya aparecerá el nuevecito de paquete y sin rollos si sigues atenta y no dejandote embaucar por los giles.
que rico que hayas vuelto!
bear hug,

P dijo...

Ja

Me imagino la cara patética de ese tipo con el que saliste en verano.

Barsa, picante.

Oportunista.

¡Puaj!

Ja. Cuando quiera volver con una ex te llamo.

P

Marlencita... conquistando el universo dijo...

ex... mi vida se rodea de ex pateticos y obsesivos

Marlencita... conquistando el universo dijo...

pedro!!! por que no te puedo postear??? o ya no te postea cualquiera??

McRoyal dijo...

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