domingo, 18 de noviembre de 2007

La vida empieza cuantas veces quieras...

Este anuncio de Esso Market (no sé si está totalmente correcto) me interpreta completamente en estos días...

Las últimas dos semanas fueron de trabajo tan intenso que me daban ganas de llorar. Me detenía frente al espejo en las mañanas y me preguntaba, bastante compungida:

¿Para esto vivo? ¿Para levantarme, trabajar, volver a mi casa reventada, dormir y volver a empezar?

Más encima tuve que soportar con bastante dureza, nuevamente, las críticas y recriminaciones de todos a mi alrededor: Que ya nunca te vemos, que ya no sales con nosotros, que estás hecha una desaparecida, una ingrata, etc, etc, etc...

¿No detecta acaso la gente las ojeras, la cara de angustia, el nivel de sobregiro en el que uno está viviendo?

Yo sé que nadie me obligó, que si estoy así es tontera mía, pero POR FAVOR, un poco de empatía... cuando uno está hasta el cogote, lo que más necesita es comprensión y cariño, o a lo más un silencio que no hiera, pero no requiere de cobranzas que hagan que uno se hunda aún más.

Por lo mismo, medio picada con el mundo exterior, esta semana me dediqué a mí misma los ratos libres que fui recuperando de a poco. Mi lista es absolutamente superficial y egoísta, pero de a poco me ha ido relajando y volviendo a mi centro, tan perdido en este colapso, e incluye:

- Ida a la peluquería y a hacerme las manos
- Ida a Starbucks
- Arriendo de películas pendientes (es tan grave lo mío que tuve que partir por Match Point, que ya está rancia de vieja, pero que claramente valía la pena ver...)
- Dormir siesta (para algunos podrá significar tiempo perdido, pero para mí es una gran inversión, dado que gasto significativo número de horas de mis noches en avanzar con las miles de mierdas en las que me meto por responsable, huevona, fácil o comprometida; o quizás de todas las anteriores un poco)
- Ordenar mi pieza
- Bajar música
- Salir a bailar dos veces (esto sería lo único que hice con amigos)

Y el resultado es que he vuelto a descubrir para qué trabajo, para qué me esfuerzo, para qué me levanto. Estoy más contenta, más tranquila, más entusiasta y mucho más positiva.

Me he reenamorado de mi ciudad, de la primavera, de la gente, de las posibilidades de panoramas y de mi realidad en general. Me he reiniciado.

Ahora, menos neurótica, más contenta, podré volver a mis amigos y familiares, a una vida social normal. A las deudas pendientes con los más solos y aproblemados, al carro vertiginoso de los más prendidos. A las muchas promesas que he hecho y que simplemente no he podido cumplir (sorry Tadashi). No he querido quedar como incumplidora o mentirosa, simplemente mi día no tenía tantas horas...

Y como lo bueno llama a lo bueno, más encima ayer, mientras iba camino a un matrimonio con un amigo de toda la vida que me invitó, me llamó Mariano para que salieramos. No lo veo hace muchos días, principalmente porque él también ha estado con trabajo intenso, y porque la última invitación que me hizo tuve que declinarla amablemente por problemas de... trabajo. Mañana vamos a salir después de nuestras respectivas pegas a tomarnos un trago.

A los dos minutos llamó Domingo, quien también quería saber en qué andaba... ya el viernes en la noche me había querido pasar a ver, pero como se manifestó a la 1:30 am, me encontró en la cama a punto de rendirme en batalla contra Morfeo.

Es decir, en este último punto, el del romance, las cosas no han cambiado para nada. Filo. Me he sentido querida, buscada, interesante, y eso es lo que me importa. De hecho, agradezco que nada haya evolucionado hacia nada mejor o peor, porque en la situación en que me encontraba al parecer no estaba en condiciones de lidiar con dramas o pasiones demasiado intensas.

Si hay algo que puedo concluir de este tiempo es que Dios, la Divina Providencia, el azar, la naturaleza o como le queramos llamar, es bien sabia, porque me ha dado todo lo que he necesitado para sobrevivir dignamente al caos y el desorden, sin sobrecargarme con excesos o adornos que A PARTIR DE AHORA creo estar en condiciones de enfrentar...

En fin... la vida empieza cuantas veces quieras... y eso me hace sonreír y esperar, emocionada, por lo que ha de venir.

jueves, 8 de noviembre de 2007

No news... ¿good news?

Sorry por lo desaparecida...

COLACSO total en la pega...

No news. Only stress.

Extrañamente, bastante tranquila por dentro. Parece que es la gracia de cuando se está extremadamente agitada por fuera...