jueves, 25 de octubre de 2007

To be continued...

Lo único que puedo decir que ha sido entretenido de toda esta situación es que todo ha ido saliendo de las maneras más imprevistas que se puedan imaginar.

Por ejemplo, el miércoles pasado, la pequeña e incoente Sombra de Mi dormía plácidamente, cuando, a las 3 de la madrugada, sonó su celular. Era Mariano. La pequeña Sombra, casi sonámbula, contestó.

- Aló?
- ¿Estabai durmiendo? (voz ligeramente traposa)
- Mmmmm sí
- ¿A ti nunca te enseñaron a apagar el celular antes de acostarte?
- Mmmmm parece que no
- Sombrita... ¡cómo estai po! Eres lo máximo... vengo llegando de un carrete con mis amigos y pensé... ¿a quién voy a llamar? ¡ya sé! a la Sombra poh...
- Ah, qué bueno... (sin atinar nada)
- Oye, estoy afuera de mi casa y en verdad no tengo llaves así que no tengo idea cómo voy a entrar...
- Bueno, vas a tener que cachar porque yo no tengo posibilidades de irte a rescatar... ¿ya?
- Ya. Pero oye... ¿nos vamos a ver el fin de semana? ¿cierto que sí?
- Sí, pero después hablamos de eso. Ahora anda a acostarte, ¿ya?
- Ya... ¡buenas noches!
- Buenas noches...

Al día siguiente, mensaje de texto avergonzado, pidiendo perdón por la desubicada, aduciéndose curadito en extremo y muy alegre.
Y después nada. El fin de semana desapareció, ni un rastro de su persona.
No quise llamarlo para no presionarlo ni avergonzarlo.
Y esta semana sé que no está en Santiago, así que no tener noticias de él no es tan raro.

Por otro lado, desde el jueves pasado hasta hoy, es decir, exactamente siete días, he estado cinco de ellos con Domingo instalado en mi casa por diversos motivos, algunos muy serios y justificados, otros más chantas que nadie. Solo una vez lo invité yo, y esa fue una instancia de las primeras, es decir, seria y justificada. De hecho, el último día (martes) comentamos que parecemos pololos, porque además de estar todo el rato juntos, conversamos, trabajamos, nos reímos, nos conocemos e interactuamos (incluyendo mini discusiones, muy divertidas) como una pareja de hace años.
Mi familia ya tomó cartas en el asunto, y no solo me columpian todo el rato, sino que mi madre, cínicamente, me tiró el tema de la diferencia de edades, me dijo que no lo encontraba para nada de terrible y todo lo demás. A lo que yo la miré con cara de loca y le dije: ¿¡de qué me estás hablando mujer!? (¡¡nunca tan pava de reconocerle todo el rollo!!)

Yo cacho que no estoy de ánimo para analizar nada.

Sólo me voy a quedar con dos cosas.

La primera es el análisis de Tadashi de la llamada nocturna, que según él es auspiciosa porque cuando se está curado no se hacen tonteras al azar, sino que aflora el verdadero yo que hace lo que tiene ganas sin pudores ni trancas sociales - emocionales - sentimentales - etc.

La segunda es una sensación mía... TODA ESTA HISTORIA CONTINUARÁ....

Y me da mucha risa que así sea.

PD! A mis lectores y leídos de siempre, perdonen la falta de comentarios en sus páginas esta semana... no sé por qué mi navegador no me quiere dejar comentar y se queda como pegado cuando elijo esa opción... sepan no más que "alguien los mira" con mucha atención!!!

lunes, 15 de octubre de 2007

Certezas

No sospecho por qué siento todas las cosas que van pasando por mi corazón, por mi cabeza, mis manos y mis pies.

No tengo idea de por qué mi vida se ha ido configurando de la manera en que lo ha hecho, es un misterio para mí.

Creo no haber sido tan rara. Ni haber hecho las cosas tan equivocadamente.

Creo, sinceramente, no haber sido una persona tan mala, ni merecerme todas las cosas que a veces me pasan. O las que no.

Simplemente, hoy, igual de perdida que siempre, busco en mi historia y en mi cabeza certezas que me vayan indicando por dónde seguir, qué cosas elegir, lo que me ha de hacer feliz.

¿Por qué tantas veces los lugares que me debieran dar más luz, son los que traen consigo más sombras? Supongo que será por los contrastes naturales de la vida...

El asunto es que la cosa está complicada, y aunque debiera sentirme contenta, y hasta halagada, no sé cómo va a terminar todo esto, y me asusta.

No me siento capacitada para seguir esperando, sufriendo, soportando, creyendo. No me siento en edad ni condición de volver a cruzar los dedos por algo mejor. Me siento en una encrucijada, en la cual tengo que elegir uno de dos caminos, los cuales, por cierto, me muestran salidas inciertas, si es que las hay.

Lo único que doy por cierto en este momento es la angustia y el vacío que siento, la tristeza, la soledad abrumadora, el temor; ese gigante, irracional, posesivo temor que me tiene dando vueltas como un espíritu, incapaz de reírme de cualquier cosa, incapaz de pensar con cordura.

Las cosas se han desarrollado, por un lado, de acuerdo a lo esperado, por otros, muy inexplicablemente, confundiéndome hasta el extremo.

Este fin de semana ha sido intenso y entretenido, pero a la hora de hacer balances solo me queda la duda como compañera...

Por un lado está Mariano, con el que volví a salir el sábado, con el cual volví a conversar profundo, con el cual tengo conexión y onda, pero que no avanza para ninguna parte, que no hace más que gestos amistosos conmigo y que me provoca sensaciones encontradas a cada minuto. A veces quiero besarlo, a veces quiero darle un abrazo y decirle que es un gran amigo, a ratos lo miro y pienso cómo la vida nos pudo juntar, tan distintos pero a la vez tan compatibles... por lo menos puedo decir que lo pasamos increíble y que realmente esto no tiene para cuando parar, porque él está más embalado que yo y ya me tiene como cinco planes de carretes, lugares que conocer juntos... una intensidad notable, pero aún sin dirección.

Luego, ayer volvió a aparecer con fuerza el fantasma de Domingo, tan parecido a mí, tan perfectamente conectados que parece que fuéramos pareja hace años. Todo lo que yo creía superado y dormido en mí con respecto a lo nuestro volvió con potencia al darme cuenta de su desesperación al saber de lo que está pasando con Mariano. Su reacción ha sido de celos encubiertos, en estas dos semanas ha venido a mi casa más de lo que acostumbra, con cualquier excusa tonta, y anoche reclamó que lo tenía botado hace tiempo así que teníamos que salir. Fuimos con un par de amigos a un bar que solemos frecuentar y se pegó a mí como una lapa. No me dejó de mirar ni de tocar de una u otra forma durante toda la noche. Tomamos bastante así que a la hora de volver nos mandaron a los dos atrás en el auto. Hizo que me recostara sobre su pecho, y hubo un minuto en que su cara estuvo tan cerca de la mía que nuestras narices se tocaban, y su respiración se mezclaba con la mía. Su mirada decía miles de cosas, cosas quizás largamente guardadas, desinhibidas ahora por los tragos de más... No avanzó más que eso, pero bastó para hacer girar mi mundo de una forma que me asustó. En ese minuto yo no me acordaba de Mariano, de quién era, de lo que me tiene tan contenta, yo solo quería que la pequeñísima distancia que separaba nuestros labios desapareciera de una vez por todas, pero eso fue todo; no sé si realmente lo paró la presencia de sus amigos, el miedo de siempre o algo nuevo, pero puedo jurar que el aire se podía cortar con cuchillo, había tensión, tensión sexual, y esa mirada que no puedo describir... Cuando llegamos me senté derecha y le pregunté al oído cómo estaba, si se sentía bien, entonces me descolocó diciendo fuerte: ¿por qué te tienes que poner tan cerca mío para preguntar? A lo que yo, medio dolida, me separé, y su amigo, dándose vuelta le dijo, en tono de reproche: Ahora po hueón, después de que te pasaste pegoteado a ella toda la noche...

Me da susto. Que nunca jamás vuelva a recorrer esa pequeña distancia que une vidas. Ni con Domingo ni con nadie.
Me da rabia. Que aparezca, después de todo este tiempo, de todas las oportunidades que ha tenido, y haga lo que hizo, más encima, impulsado por el alcohol (doble rabia!!)
Me da pena. Sentirme así, cuando debiera estar feliz por la gente que he conocido, por lo bien que lo he pasado.
Me da ira. Conmigo misma porque sé, por ejemplo, que nunca voy a ser capaz de encarar a Domingo al respecto, y para qué, si aunque se me declare y quiera algo conmigo, probablemente será demasiado cobarde para atreverme a vivir ese algo con él. Destruiríamos la amistad, y nada más.

Parece que me voy a retirar de las pistas, capaz que me vaya a vivir a los Himalayas, a cualquier lugar donde no haya Domingos, ni Marianos, ni dudas, ni problemas, ni actos fallidos, donde haya solo paz y certezas... es lo único que pido, certezas, puesto que las esperanzas ya no me alimentan y me estoy muriendo de hambre y de sed en la mitad de esta tormenta.

domingo, 7 de octubre de 2007

Nadando

He decidido ser feliz.

Cosa que puede sonar banal, ilusa, estúpida o inútil.

Pero me parece que no lo es en absoluto.

Hay millones de cosas que no puedo decidir en mi día a día. Lo que me va a pasar, cuándo y cómo.

Pero sí puedo decidir tomarme las cosas con calma, con humor, con filosofía, con madurez.

Hecha esta declaración de principios puedo contarles lo que pasó el fin de semana.

El viernes me encontraba yo, muerta por la semana de trabajo más agotadora del último tiempo, reposando sobre mi cama, semi-dormida, cuando sonó mi teléfono. Quiero decir que toda la semana había estado saltona, que cada vez que sonaba el maldito móvil, especialmente si eran números desconocidos, llegaba hasta el techo y contestaba con la voz más estudiada del planeta. Pero justo, justo, justo, ahora no. Contesté con voz rancia de dormida.

- ¿Sombra de Mí? (usó mi nombre completo)
- Mmmm sí....? (todavía no caía la pajarona)
- Jajajajajaja ¡hola!
- ¿Quién es? (más perdida que el teniente Bello)
- Mariano...

Me puse de pie como un resorte, simplemente, tratando de disimular, tardíamente, mi voz de cadáver

- ¡Hola Mariano!
- ¿Estabai durmiendo?
- No, cómo se te ocurre, lo que pasa es que estoy un poco afónica, tú cachai, soy alérgica a la primavera (no del todo mentira, la primavera me deja con voz de travesti)
- Ahh... Oye, te llamaba porque con unos amigos queremos ir a bailar a XXX, ¿te tinca unirte?
- ¡Ya, qué choro!
- Qué rico, entonces ¿te tinca que nos juntemos allá a las...?
- Estupendo, nos vemos allá, gracias por llamar....
- Sí, qué rico vernos, ahí conversamos, ¡un beso!
- ¡¡Chao!!

No voy a entrar en detalles acerca del carrete en cuestión, porque sería demasiado largo y tedioso, lo único que puedo decir es que llegué a mi casa a las 6 de la mañana...

Solo me limitaré a hacer un par de reflexiones (y solo reflexiones) acerca de la salida:

Primero que nada, no sé qué mierda significa que salieramos en grupo ¿solamente amigos? ¿está probando cómo me adapto a su círculo? ¿quiere que todo sea lento y piola?

Segundo, debo recalcar que se preocupó de mí de manera muy especial. Bailó mucho conmigo (no todo el tiempo, porque andaban varias amigas de él de toda la vida, y además sus amigos también fueron muy acogedores y solicitaron varias piezas de danza conmigo). Me pagó todo (a pesar de que me ofrecí a cancelar mis consumos y que esta experiencia no la había vivido hace mucho tiempo), y nos sentamos a conversar una vez más de mil cosas, llegando a conclusiones muy profundas y a descubrir aún más gustos en común.

Tercero, quedamos en volver a salir, esta vez a almorzar en la semana, solos los dos, y a otro carrete notable el sábado, todos iniciativa de él.

La conclusión mía es la siguiente...

Qué importa lo que esto sea, para dónde lleve el camino, qué nombre le vamos a poner. Muchas veces me pasa que por estar atenta a la meta me pierdo el paisaje de la ruta. Ahora no pienso hacer lo mismo. Despacito por las piedras para empezar, a gozar de todas y cada una de las instancias que se den, sea éstas cuales fueren, además que, siendo sincera conmigo misma, todavía no decido si este gallo me encanta en verdad o simplemente me cae increíble...

Ahora me entregaré a lo que sea, porque además ya maté el cuco de que las suyas eran puras promesas vanas, veo que su entusiasmo es verdadero, que su alegría es cierta, que su interés es genuino y que con él puedo ser tal como soy, líbremente.

Estoy muy contenta.
Lo he pasado muy bien.
Ya no ando saltona, sino que siento una paz increíble.

Estoy nadando como si nunca hubiera dejado de hacerlo, como si no me costara nada, por las aguas mansas de este hombre, como un pez feliz y colorido... ya veremos cuán vasto es el océano y qué sorpresas se ocultan en sus profundidades...

miércoles, 3 de octubre de 2007

¡Al agua pato!

Aquí estoy otra vez...

Escribo muy corto, porque ya es muy tarde... pero necesito decir esto:

¡APARECIÓ!

Anoche, atormentada por las ansias y asesorada por mi nuevo manager amoroso (Tadashi... mil gracias una vez más), le mandé un mail y lo agregué a MSN. (Ya lo sé, soy una ansiosa de miedo...)

Resultado...

Hoy, mail de vuelta, conversación de una hora por MSN y acuerdo de salir este fin de semana...

¿Qué más puedo decir?

No me importa el resultado de todo esto, no me importa lo que pase, o deje de pasar, estoy gozando cada minuto de esta historia, y eso no tiene precio, cual comercial de Master Card.

Don´t worry. Como siempre, tendrán la primicia...

martes, 2 de octubre de 2007

Qué lindo que es soñar...

No tengo idea por qué, pero mientras más cosas tengo que hacer urgentes (para ayer), más ganas me dan de escribir este blog, de jugar solitario en el computador, de conversar sobre la inmortalidad del cangrejo con quien se me cruce en el teléfono, el Messenger o en vivo y en directo, o qué se sho... la cuestión es que en los últimos tres días no he sido un ente productivo en lo absoluto, y las cosas se amontonan, literalmente, sobre mi escritorio.

Filo. Estoy contenta.

Ando soñando por los pasillos, pasándome rollos, cantando en voz alta. Como siempre me pasa, la gente me encuentra más hermosa y luminosa que otros días, y yo me río para callado, aunque igual me da un poquito de rabia que siempre que me pregunten estas cosas haya un hombre involucrado en mi mejoramiento anímico/estético.

Y eso que el viaje famoso me dejó bastante achacosa, arrastro un resfrío de aquellos, voz de travesti, harto moco y un malestar a la espalda que me hace caminar como viejecilla encorvada. De hecho, un doctor amigo me recomendó que acotara todas mis actividades a lo justo y necesario, que apenas anduviera en auto, que no haga ninguna fuerza, lo que no me impide bailar con la mirada y gozar de reírme con cualquier cosa.

De Mariano todavía no sé nada. Igual es demasiado pronto, recién hace poco más de 48 horas que nos separamos y sé que él no tiene mi mail, así que en verdad no cacho qué hago abriendo mi correo cada tres minutos... tiene su lado entretenido la intriga de la espera, el sobresalto de la expectativa, no tego idea, parece que me pegó fuerte la primavera...
Hoy me encontré una llamada perdida en el celular de un número desconocido y se me detuvo el corazón. La devolví de inmediato, pero nadie contestó. Y de ahí no me atreví a volver a llamar... me aferro con fuerza a la idea de que lo que haya de pasar, pasará de todas maneras, y lo que no, no.

He descubierto que no tengo nada que perder, que si esto queda aquí fue muy lindo mientras duró y no tuvo ningún costo para mí, no quedan pedazos sueltos o rotos por recomponer. Y si sigue adelante, pues bien, cada día tiene su afán y ya veremos...

De las personas que saben algo de lo que está pasando, dos de ellas amigos cercanos y ustedes, mis fieles amigos lectores, sólo he recibido buenas vibras y augurios.
Así que me estoy dando el placer de esperar cantando la canción de Kevin Johansen que Mariano me mostró en el viaje, y que dice más o menos así:

Anoche soñé contigo
y no estaba durmiendo
todo lo contrario
estaba bien despierto.

Soñé que no hacia falta
hacer ningún esfuerzo
para que te entregaras
en ti yo estaba inmerso

Que lindo que es soñar
soñar no cuesta nada
soñar y nada mas
con los ojos abiertos
que lindo que es soñar
y no te cuesta nada mas que tiempo.

¿Que hacer con tanta angustia?
por cosas no resueltas
con toda esta energía
casi siempre mal puesta

Si pudiera olvidarme
por siempre de mi mismo
habría de encontrarme allá
en tu dulce abismo

Que lindo que es soñar
soñarno cuesta nada
soñar y nada mas
con los ojos abiertos
que lindo que es soñar
y no te cuesta nada mas que tiempo

Soñé que no hacia falta
hacer ningún esfuerzo
para que te entregaras
en ti yo estaba inmerso.

Nada mas que tiempo....

Anoche soñé contigo...


El jueves le mando un mail casual. Y que Dios nos pille confesados!!