domingo, 8 de abril de 2007

Quiebra

Hay días como este en que, simplemente, no entiendo qué fue lo que pasó conmigo.

Con ese futuro brillante que siempre proyecté hacia adelante.

Con mis fuerzas, mis ganas y mis talentos, desperdiciados en cosas que terminaron siendo callejones sin salida.

Y cuando en verdad siento que las cosas se ponen más duras que nunca, o en realidad, más que nada, siento que no mejoran en lo absoluto realidades que hace demasiado rato debieron haber evolucionado, quiero sólo tirarme a un lado del camino y descansar.

Y si bien algunos me dicen que el día que tire la esponja voy a morir, cual alpinista congelado en medio de un descanso a la mitad de la montaña, mis pies y mis brazos simplemente no dan más. La mochila sencillamente se hace más pesada que nunca. Y las lágrimas brotan solas, de madrugada, mojando mi almohada. Y justo ahí también vienen más lágrimas a acompañar las primeras, esta vez de rabia e impotencia porque no puedo estar todavía llorando por lo mismo de siempre.

Existen solo dos teorías que se podrían aplicar al respecto.

La primera es que el cambio esté a la vuelta de la esquina, agazapado esperándome, para sorprenderme en el momento más increíble. Y que entonces voy a reír, como una loca, como la que más, y lo único que pensaré será: qué tonta fui, cómo pude asustarme tanto, era obvio que esto se iba a acabar porque no hay mal que dure cien años ni tonto que lo aguante... soy feliz, soy feliz, soy feliz y también una tonta por creer alguna vez que no iba a serlo...

La segunda es que todo haya sido una profecía autocumplida, una cristalización del terror más profundo de mi vida. Que no haya realmente salida, tal como intuí, y pronto esté pensando: lo sabía, lo sabía, lo sabía, debí aceptar hace tiempo que este era mi destino y abrazarlo con resignación mucho antes, he perdido tanto esfuerzo tratando de luchar contra lo que no se puede cambiar...

Se me hace un nudo gigante en la guata cuando pienso que podría ser lo último.
Y que podría ser de verdad, la realidad de mi vida para siempre.

Pero rezo, con más fuerza que nunca jamás en mi vida, para que no sea eso.
Porque no tengo fuerzas para aceptarlo.
Porque no invertí todo lo que tenía en una apuesta que es tan arriesgada como interesante y única, y que hoy sólo parece estar llevándome a la más espantosa quiebra.

13 comentarios:

Princessa dijo...

Yo apuesto y creo fielmente en la opción primera.
Un abrazo

Princessa dijo...

Si querida sombra, en este tiempo de “leernos” me he dado cuenta que tenemos bastante en común, y me encanta leerte también porque muchísimas veces me he sentido demasiado identificada con tus post y veo que es reciproco.
Y eso me gusta, es como sentirse acompañada.
Te mando un abrazo grande…

MeRiAdOx dijo...

Hasta cierto punto tb. te entiendo porque me ha pasado algo igual.
A veces hay que parar un poco y descansar. Pero también hay que tratar de ser lo más objetivo posible... qué depende de ti y qué no... a veces todo es cuestión de tiempo y sólo hay que "abandonarse", pero en forma dinámica... hay que dejar que las cosas sigan su curso y seguir dándole hasta el final...
Cuando hay solución, se busca esta con los medios disponibles y cuando no hay solución posible hay que dar vuelta la página y mirar hacia adelante, porque lo que fue ya no será cambiado ni jamás... la vida está llena de puertas... si se te cerró alguna ahora, mira cuál será la siguiente y no te quedes pensando en la que ya no fue... no mal gastes tus energías... fuerza!

Saludos!

carolita dijo...

es la primera yo lo sé!!!!!

siempre vivimos cosas parecidas, parece.

besos por millones!!

Puppetmaster dijo...

Me gustaria decirte que la primera, pero no es facil el camino. Si las señales te advierten no te ciegues, velas.La segunda opcion tampoco es segura. Las señales del camino son para no sacarse la cresta, no para anunciar que te mataste.

Alejandra dijo...

Pero pensando positivo, es bueno darse cuenta ahora de lo que está pasando, y asumirlo para cambiar lo que se pueda cambiar. Ánimo en todo.

Emma dijo...

Sombra querida, según mi experiencia, nada dura para siempre, lamentablemente algunas veces, aunque no en tu caso. Yo opto por la primera teoría.

Paulilla dijo...

tantos días sin leerte... y me encuentro con las mismas preguntas que me visitan de vez en cuando (ultimamente muy seguido).....

no importa la alternativa, lo que importa es como enfrentes el resultado (lo que se viene)

ánimo, un abrazote!
la vida sigue y se disfruta con tuuuutti!

AnaMaría dijo...

Espero que, cuando mires lo que te sucede retrospectivamente, suenen en tu cabeza las palabras de la primera teoría.

De todas maneras, debes saber que, pase lo que pase, tienes a tu gemela, perdida y encontrada, desaparecida y aparecida, que cree en ti y en cualquier proyecto que decidas empezar. Así que cuenta con mis ánimos y esperanzas.

Besos.
A.

Priscila dijo...

Opción 1...

ÁNIMO... SEGURO EL CAMBIO ESTA A LA VUELTA DE LA ESQUINA

Un abrazo

Tadashi dijo...

En economía existe un término que se denomina "costos hundidos"...

Esto es, que los pagos y costos que se hicieron antes de el momento actual no se toman en cuenta para hacer los cálculos...

Pienso que esto va más allá de la economía...

Ni cagando decirte que no pesques lo que pasó antes, porque a uno igual vive consecuencias de lo hecho antes...

Pero una cosa es vivir con las consecuencias y la otra es llorar sobre la leche derramada...

Tal vez debieses juntar fuerzas, enfrentar tus miedos de una, pero realmente enfrentarlos, y dejar que después pasen...

Eres joven y no puedes estar pensando como si las oportunidades se hubiesen acabado ya...

"Con ese futuro brillante que siempre proyecté hacia adelante"...

No sé quien te dijo que ya llegamos a "adelante"...

Saludos...

PD: Pico con la opción 2...

Tadashi dijo...

Ando medio aweonao pa escribir...

"de el" es obviamente "del"...

Soledad dijo...

Sombrita... llegué tarde a leer este pos, si hubiera llegado a tiempo seguramente lo relacionaría más con lo penúltimo que escribí.
No sé cómo hacer para aconsejarte, tal como lo han hecho todos, que descartes por completo la opción dos. Aún estás a tiempo de aprovechar y sacarle partido a los erroes que cometiste (si es que acaso los cometiste).
Mientras no sea la vida lo que se pierda, las demás "pérdidas" jamás van a ser tanto.
No quiero sonar como el típico consejo de consuelo escrito virtualmente... ojalá, creéme que me gustaría saber que te sirvió de algo.