martes, 9 de agosto de 2005

Dejar todo y largarse

Sí, este es el último post que publico, antes de largarme a tierras lejanas por un buen rato. Me cuesta imaginarme qué va a pasar conmigo; siempre que me dispongo a partir, sentada frente a mi maleta, experimento una fuerte mezcla de sensaciones.
Por un lado, siempre está la maravilla de cambiar de aire, conocer nuevos lugares, mucha gente, aventurarse sin ningún tipo de ataduras. Pero también está el proceso de abrir un paréntesis, que tarde o temprano habrá de cerrarse, dejar personas y lugares que amamos, para llegar a conocer y amar otros lugares y personas que luego también abandonaremos. Viajar, moverse, va de la mano con despedirse, y siempre, desde muy chiquitita, me ha producido penas hondas y negras el despedirme de las cosas que me rodean, sean personas, cosas, situaciones o lugares. Todas las veces que me toca sufrir una de estas instancias, una parte de mí, microscópica, va muriendo con el momento. Así he visto pasar delante de mis ojos miles de veranos, amores, amigos, paseos, trabajos, casas, ciudades, playas... ¿Quién sabe si vamos a algo mejor que lo que dejamos? ¿Si volveremos al lugar que abandonamos? ¿Si la conexión, la intimidad, las vivencias con esa persona se repetirán? Lo único bueno es que ese espacio vacío que deja la muerte, se llena rápidamente con el nacimiento de nuevos lugares y experiencias. Mi pregunta entonces es: Si cada vez muero un poco, y algo nuevo nace dentro de mí... ¿Cuántos lugares, personas, momentos, sentimientos; en suma, cuántas despedidas necesito para ser una mujer totalmente nueva? Algo me dice que infinitas, puesto que dondequiera que vaya yo misma me acompañaré. Y eso es una carga y una garantía a la vez. No importa cuán lejos llegue, nunca estaré sola, no importa cuán lejos huya, no podré deshacerme de mí misma.
Por último, debo reconocer que algo de mí debe de amar también este sentimiento de ruptura y desazón, ya que siempre siento fuertes impulsos hacia viajar, recorrer, moverme, avanzar, quebrando la cómoda y segura rutina en la que suelo refugiarme más a menudo de lo que quisiera. Es la atracción por lo desconocido, es la necesidad de probarme a mí misma, de fortalecerme, de recargarme, de seguir escribiendo líneas en este cuaderno que aún tiene miles de páginas es blanco.
Por ahora, sólo les digo hasta pronto, créanme que los extrañaré sinceramente. Nos vemos en dos semanas más, cuando una nueva yo, que aún desconozco, vuelva para reportarse.
Mientras tanto, vuelvo a mirar de reojo mis maletas, y respirando bien profundo, me dispongo a dejar atrás todo lo que constituye mi mundo hasta el día de hoy.

6 comentarios:

Ego dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Ego dijo...

Pucha, segundo Blog interesante que se cierra, hmm... será una epidemia? En fin. Mucha suerte en tu viaje! Trata de desligarte de los rollos por el tiempo que estés alla.
Espero tu Blog de mujer nueva :)

Lautaro dijo...

sombrita: que te vaya super bien, te echaré de menitos.
no habrá un computador por allá? aunque sea algo cortito como para contarnos que tan limpio es el aire o que guapetones observas?
estaré atento al 25 de agosto cuando vuelvas, ya conté los días, jejeje.
a big big hug,

P dijo...

viajar es victoria decían los árabes

que ganes!

te esperamos en dos semanas más

Pedro

Raulinno dijo...

acabo de conocer tu blog y me parece fabuloso. Con respecto al post yo tambien siento, casi todo el tiempo, deseos inmensos de viajar y de conocer lo que sólo imagino. espero seguir leyendopte cuando regreses.

McRoyal dijo...

fuck!, recién había recuperado la dirección.