Un guiño al cielo
En un par de ocasiones anteriores, he reflexionado acerca de mi postura frente a Dios.
Me parece que alguna vez dije que eramos amigos, pero no íntimos.
Sigo pensando que la nuestra es una relación dispareja, donde claramente Él me quiere mucho más que yo a Él.
Me cargan las cosas a medias, las tibiezas y las comodidades. Pero en este caso debo reconocer que simplemente esas son las tres palabras que mejor definen mi experiencia religiosa.
Y me cuesta tomar una iniciativa para cambiar estas medias tintas. Porque hay días en que mandaría todo a la mierda. Y otros, en que siento que hasta me podría llegar a hacer monja (hiperbólicamente hablando). Es decir... ¿para qué lado me defino?
Esta semana me senté a conversar con la Clara, una compañera de trabajo que es bien Opus Dei. Y bueno, yo, al lado de ella, soy totalmente Opus Night.
No sé por qué yo estaba sensible y abierta a la escucha.
Ella me dijo que cada uno de nosotros tenía un ángel de la guarda designado desde el día en que nacimos, cosa que yo ya sabía.
También me dijo que él está para nosotros, para que le pidamos todo lo que necesitemos, y que le gusta que le pongamos nombre, apropiándonos de él. Eso no lo sospechaba.
Así que el sábado, en un arranque de piedad inaudito, me puse en contacto con mi ángel.
Le comenté que ya estaba bueno de vacaciones, que en verdad no le había pedido nunca nada, así que su primera tarea era indicarme cuál era su nombre.
A los pocos minutos, andando en auto, apareció ante mis ojos un letrero gigante con la palabra Domingo en él.
Ok. Domingo it is. Me gustó mucho que él eligiese este nombre, el mismo que yo escogí para presentarles a ustedes a mi dulce y pequeño amigo en este espacio.
Y ayer, que estaba angustiada con un problema, (no menor) cuya solución en verdad no podía encontrar, miré al cielo y dije:
Ya Domingo, te toca ponerte con una ayudita.
En menos de dos horas, juro que la salida se materializó delante de mis ojos.
Power.
Parece que la Clara tenía razón. O por lo menos, me encanta creer que es así.
Igual, por si las moscas, miro pa´arriba y guiño el ojo, en agradecimiento por el favor concedido.
2 comentarios:
Uhhh que fuerte !!
A diferencia de tu comañera Clara, yo dudo que cada uno tengoa un ángel "awuaitando y hechando una mano", lo que no quiere decir que no crea en DIOS.. Ojo !!
Quizás eso de que te encanta creer que es así, también llamada Fe, nos alivie un poco.
Saludos. Entrete su post.
qué lindo que te hayas hecho amiga de tu ángel!!
me encantó.
yo tengo esa costumbre de pedir y dar gracias mirando al cielo, a veces a Dios, a la Diosa, a mi angelito, a San Antonio, a quien corresponda según sea el caso.
no tengo religión. no encuentro un lugar donde quepan todas mis creencias, y no aparece esa filosofía que busco donde nada no es porque "no puede ser".
así que filo, vivo así por ahora. tengo un oráculo de ángeles muy bonito. ¿crees en algún tipo de cartas, sombra?...
jajaja tengo toda la tincada de que serías una muy muy buena lectora de tarot. ¿lo has leido alguna vez?
te dejo besos!
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