domingo, 2 de octubre de 2005

Wet wet wet...

Miro por la ventana. Llueve copiosamente. La raja. Tomo mi parka favorita y, sin más, salgo a caminar por la ciudad. Como lo hago en el sur cuando nadie me mira. Nadie me espera. Nada me distrae.
Es divertido ver cómo la gente corre, se refugia bajo techos y paraguas. Es como estar en una película, en que todo va en Fast Forward, menos yo.
¿Por qué le tienen miedo al agua?
Entro a un supermercado a comprar mis must... coca light y cigarros. Soy una dependiente lo sé. Y me da lo mismo.
La señora que atiende me mira, curiosa. Sí señora, afuera llueve. No, señora, no suelo usar paraguas. Sí señora, por eso estoy empapada. ¿O acaso cree que me baño con ropa?
Salgo nuevamente a la calle. Ha dejado de llover como en el sur, ahora cae del cielo esa llovizna insulsa tan propia de la capital. Cuando llegue voy a tener que cambiarme. ¿Y qué? Acabo de tener un pedacito de cielo en mis manos. Y todavía permanece en mi ropa, mi pelo y mi mente.

3 comentarios:

P dijo...

Ooooh.

Me encantó.

De verdad me encantó.

Eso del pedacito del cielo.

Eso de ¿por qué le temen a la lluvia?

Eso de "sí señora".

Será porque he visto esas caras en mí.

No.

No es por eso.

Es porque escribiste la raja.

As usual.

Pedro

pd: aguantándome las ganas de MSN

Lautaro dijo...

la lluvia en santiago no es medio tóxica? ácida?
no importa. no se me vaya a resfriar nomás.
bear hug,

sombra_de_mi dijo...

Solo una pequeña precisión para Nicolás...
Los melómanos son los amantes de la música.
¿No habrás querido decir que eran un poco megalómanos?

Yo... ambas!