martes, 1 de noviembre de 2005

Hablemos de sexo

Levanto una ceja y dudo por un segundo.
La pregunta de uno de ellos me pilla volando bajo, es hecha a quemarropa y no admite diplomacias.
- ¿Qué opinas del sexo entre amigos?
- (Menos mal no somos amigos, pienso...) Mhmhmh... no sé. Lo encuentro difícil, sobre todo porque generalmente hay uno que está más enganchado que el otro (cauta, yo).
Por el rabillo del ojo puedo ver que otros han empezado a aproximarse. Casi sin darme cuenta he quedado rodeada de hombres que siguen cada inflexión de mi voz con interés desmedido. Casi sin respirar, diría yo. No sé qué tiene este tema que les provoca tanto interés. Es decir, lo sé, y me da risa que siempre estén comparando puntos de vista conmigo. Como si la mía fuera la madre de las opiniones femeninas. Y eso sí que no sé si es cierto.
- ¿Y del sexo grupal?
- Paso. (Iterprétalo como quieras)
- ¿Pornografía?
- No me gusta.
- ¿Y qué hay con tus fantasías sexuales?
Cada vez se acercan más, se hacen callar entre ellos, ya casi no tengo espacio para moverme.
Tienen todos entre 25 y 30 años, pero actúan como si tuvieramos trece. Hablan mucho del tema, pero pocas veces con la verdad. ¿Por qué será que tantos hombres tienen una necesidad enfermiza de valorarse como Tarzanes en la cama? Se echan flores, se hacen propaganda, pero a la hora de preguntar demuestran grandes inseguridades, ignorancia y miedos. Igual que las mujeres no más, pienso yo. Si total, a la hora de la verdad, son sólo eso, un par de cuerpos desnudos. Sin caretas, sin ropa, con necesidades, con expectativas. Expectativas que muchas veces echan a perder las cosas, que instalan incomodidades entre dos. Sería harto mejor que se conocieran a sí mismos primero, a la mujer que tienen al frente después, que se atrevieran a comunicarse entre ellos. Esa es la creencia que tengo, y la que humildemente intento transmitirles. Que todos dejemos fuera del dormitorio las fantasías de látigos, miembros gigantescos y cuerpos musculosos y tonificados. Del sexo salvaje, perfecto, eterno y hollywoodense. Me doy cuenta de que están respirando, aliviados.
El tema va cambiando de a poco. Pero algo me dice que no me he equivocado con mis jucios, cuando, casi imperceptible, siento que una mano me rodea la cintura, y al darme vuelta, descubro, muy cerca de mi cara, los ojos de este hombre, mirándome fijamente.

3 comentarios:

P dijo...

¿y cómo sigue?

@lasnibat dijo...

Acabo de llegar de Viña...
Sorry por mi ausencia.

Jajaja! Gané la apuesta? Excelente!

Da lo mismo donde comentes las películas, lo importante es hacerlo.
Al contrario tuyo me gustó la parte del parabrisas. Lejos la mejor idea de Fuguet como director. Interesante que conocieras al tipo que interpreta al arredatario joven. Asi que él no es así? Entonces interpreta bien, pero un poco extensa esa escena.

Concuerdo contigo con los actores pinturitas, pero Cruz-Coke impacta.

En sintesis, concordamos en varias cosas... Lo mejor que podría hacer Fuguet es dedicarse a escribir.

SalU2
T.

Pd: Después leo tu post ya que ahora estoy ultra apurado.

Palomis dijo...

segundas partes, esta bueno kien es el chico?
besos
Paloma